Íñigo Calleja se había imaginado que, al morir su padre, organizaría varias cenas rodeado de libros, familiares y amigos en las que, al terminar el postre, cada uno elegiría un ejemplar. Pero el coronavirus arrasó con todo. Primero, con la vida del periodista José María Calleja a los 64 años y, después, con un plan para dar salida a una biblioteca de más 3.000 títulos que no consistiera solo en precintar cajas.
Las limitaciones por el estado de alarma le obligaron a ello y, así, la vasta colección acabó en tres destinos diferentes: la casa de sus familiares directos, la universidad Carlos III, donde Calleja daba clase de Periodismo, y la librería de segunda mano Re-Read, el más notorio de todos debido a un hilo viral de Twitter que se hizo eco de esa última donación.
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