Historiadores, arqueólogos y vecinos del despoblado valle de Izagaondoa reclaman la recuperación de las ruinas de la antigua fortaleza, destruida hace cinco siglos, y un estudio arqueológico como el desarrollado en la vecina fortificación de Irulegui
Fernandisco: “Sufrí cuando entrevisté a Kurt Cobain porque solo emitía monosílabos y era el tío más triste del mundo”
“Desde que su señoría mandó destruir sus castillos, no hay navarro que alce la cabeza”. Palabras tal que estas —inmortalizadas en una carta que se conserva en el Archivo General de Simancas— fueron dirigidas por el militar Cristóbal Villalba al cardenal Cisneros, tras ordenar el regente de Castilla la aniquilación de cualquier estructura fortificada en el Reino de Navarra, pocos años después de su conquista (1512).