En 1993 había en España 7.600 kilómetros de vía ferroviaria en desuso. Es, por poner un ejemplo, la distancia que hay en línea recta de Sevilla a Nueva Delhi. Desde entonces, la Fundación de los Ferrocarriles Españoles —financiada en gran medida con aportaciones de Renfe y Adif— ha reconvertido más de 3.100 kilómetros de trazado en caminos y pistas ciclistas: las llamadas Vías Verdes, amables senderos asfaltados que discurren lejos de las carreteras. Eso significa que aún quedan 4.500 kilómetros de vías abandonadas, que o bien han cerrado o bien nunca llegaron a abrir.