El dueño de Tesla y X se despide con un mero tuit y con más pena que gloria de su puesto al frente del DOGE –el departamento de recortes de Trump– cuando se cumple el plazo previsto y tras cargar contra el mega proyecto económico del presidente de EEUU
Llegó para revolucionar el Gobierno federal de EEUU, equipado con una motosierra regalada por Javier Milei, todo ello aderezado con saludos fascistas el día de la toma de posesión de Donald Trump.

Musk pasará a la historia por pasar en tiempo récord de ser un símbolo de la transición ecológica por su apuesta por los coches eléctricos a trabajar para un Gobierno negacionista del cambio climático, lo que le ha valido una notoria caída en las ventas de Tesla y en la cotización de sus empresas, que intentó atajar con una puesta en escena de Trump al volante de uno de su coches. También se le recordará por mangonear en las elecciones alemanas de febrero pasado, apoyando al partido neonazi AfD, e incluso por comparecer en el Despacho Oval con su hijo en brazos y en reuniones del gabinete presidencial con dos gorras puestas en la cabeza.

El último episodio amargo sucedió este martes, cuando circuló un avance de una entrevista de Musk con CBS prevista para el domingo en la que el dueño de X y Tesla se lamenta de la supuesta “única y maravillosa” ley impulsada por Trump, porque “aumenta el déficit”, en tanto que dispara el gasto público en defensa y fronteras al tiempo que prevé una rebaja masiva de impuestos.
“A medida que concluye mi periodo como Empleado Gubernamental Especial, quiero dar las gracias al presidente Donald Trump por brindarme la oportunidad de reducir el gasto público innecesario”; ha tuiteado este miércoles Musk: “La misión del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental) no hará más que fortalecerse con el tiempo, hasta convertirse en una forma de vida en toda la administración pública”.
Sin embargo, en la entrevista con CBS Sunday Morning, Musk afirma que el mega proyecto de ley económico de Trump “socava el trabajo realizado por el DOGE”.
“La verdad, me decepcionó ver ese proyecto de gasto tan enorme, que en realidad aumenta el déficit presupuestario en vez de reducirlo. Y eso, de alguna forma, socava el trabajo que está haciendo el equipo del DOGE”, sostiene Musk en la entrevista sobre una ley bautizada por Trump como “única y maravillosa”.
La legislación materializa muchas de las promesas más ultraconservadoras de Trump: nuevas exenciones fiscales para propinas y coches fabricados en Estados Unidos, aumento del gasto en defensa y en control fronterizo y, según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés), añadirá unos 3,8 billones de dólares a los 36,2 billones ya existentes de deuda pública de aquí a 2034. La deuda nacional de EEUU asciende ya al 124 % del PIB.
Las declaraciones de Musk lo sitúan frente a Trump, quien ha defendido con entusiasmo un paquete legislativo que contempla la ampliación de los recortes fiscales aprobados en 2017, un incremento del presupuesto para seguridad fronteriza y defensa —incluido el sistema de defensa aérea Cúpula Dorada—, la imposición de requisitos laborales para acceder a Medicaid y la supresión de créditos fiscales para energías limpias.