La focomelia no ha impedido que la colombiana Erika Patiño Pulgarín cumpla sus sueños. A sus 46 años es alma y nervio de una empresa familiar, que fabrica ropa y dotación hospitalaria, por su habilidad para las ventas, resiliencia y deseo de progresar.
Aún recuerda el primer negocio que concretó y no solo por el interesante monto. La sorpresa de su cliente, una vez ingresó a su oficina, puso a prueba a la mujer y a la asesora en ventas de Creaciones Hospitalarias.
"Causo mucho impacto, pero yo amo lo que hago", expresó a Efe Erika, que pasó de atender el teléfono a visitar a las empresas después de notar su potencial.
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