El estímulo presupuestario de Pekín parece del suficiente calibre para contener la embestida arancelaria de la Administración Trump y, a la vez, impulsar el PIB por encima del objetivo del 5%. Por si acaso, el ‘gigante asiático’ tiene reservado otra bazuca fiscal, mientras parece haber puesto orden en su mercado inmobiliario y estimulado el consumo
EEUU y Europa se enfrentan a la gran fractura transatlántica por el estallido de la guerra comercial
Pekín ha dado con la tecla.
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