Back to Top

El esperado regreso de Ana Asensio ocho años después de conquistar EEUU: “En Hollywood es muy fácil que te encasillen”

A pesar del nombre y de estar rodada en inglés, detrás del filme que se había convertido en la revelación del SXSW se encontraba Ana Asensio, una directora española que hasta entonces había estado fuera del radar.

Asensio se fue en 2001 a Nueva York para trabajar de modelo y actriz, pero muchos años después decidió plasmar en forma de thriller oscuro sus vivencias. El resultado fue un debut que sorprendió y pilló a todos desprevenidos. El del SXSW sería el primero de muchos premios y hasta una nominación a los Independent Spirit Awards al premio John Cassavettes para los filmes hechos con menos presupuestos. Un galardón que ganó otro filme español ese año, La vida y nada más, de Antonio Méndez Esparza.

Las críticas, los premios… todo ponía en el foco a Ana Asensio y auguraba un futuro fulgurante. Sin embargo, han tenido que pasar ocho años para volver a saber de ella y poder ver su nueva película. Acaba de estrenar La niña de la cabra, que aunque también basada en experiencias personales se sitúa en un tono completamente diferente para contar la historia de una niña y la presión de la educación católica en los años 80. También para mostrar esa mirada limpia y sin prejuicios de la protagonista hacia la niña gitana que ve en la plaza y que contrasta con el de unas generaciones marcadas por el nacionalcatolicismo. 

La primera pregunta en este regreso es obligatoria, ¿dónde ha estado Ana Asensio y por qué ha tardado tanto en rodar una segunda película? La directora contesta de forma honesta y explicando cómo funcionan los mecanismos de Hollywood, que prestan atención a cualquier fenómeno, pero normalmente para modelarlo a su antojo. “A Hollywood le llamó la atención y me dijeron que qué tenía en mente porque me querían producir. Yo no tenía ningún guion preparado ni estaba preparada para eso, así que me empezaron a ofrecer guiones de otros proyectos. Esto fue una constante para la que no me sentía preparada”, recuerda de la resaca de aquel 2017.

Aquellos proyectos no le llamaban. “No me identificaba con ellos. Para la industria de allí es muy fácil encasillar a los directores y directoras, y a mí me enviaban cine de género, de terror. No me encajaba y dediqué demasiado tiempo a prestar atención a esas cosas. Al menos me leía todos esos guiones hasta que en un momento dado empecé a escribir mi propio guion, que lo desarrolle con el Instituto Sundance, era otro thriller, pero con un componente social interesante”, añade.

Aquel proyecto comenzó a coger forma. Tuvo a los hermanos Larraín como productores hasta que, en otro giro propio de Hollywood, el filme “se vino abajo”. Revisó su guion, pensando en cómo levantarlo de nuevo y llegó marzo de 2020. Con una pandemia que paralizó el mundo del cine. En ese momento, Ana Asensio tuvo a su segundo hijo: “Me encerré en cuidar a mi bebé y en pasar la pandemia como mejor pudiéramos mi familia y yo. No fue hasta que pasó un poco todo cuando volví a mirar al mundo y me dije que no quería hacer una película de género, que no quería hacer lo que me llegara”.

Para la industria de EEUU es muy fácil encasillar a los directores. A mí me enviaban cine de terror. No me encajaba y dediqué demasiado tiempo a prestar atención a esas cosas

Ana Asensio — Cineasta

Dejó de lado ese guion que estaba “empeñada en hacer” y que se dio cuenta de que no le llenaba en ese momento y comenzó a escribir otro basado en su infancia, que además suponía un regreso a España y rodar en su país. “Fue un poco ir a contracorriente. No era mi camino fácil, porque yo tenía ofertas allí, pero aquí tenía que llamar a puertas. No me conocían, y eso ha sido una labor ardua que ha llevado su tiempo”, dice con sinceridad.

Ahora sabe que el cine que quiere hacer es el que le revuelva por dentro, porque sabe lo caro que es hacer una película. “¿Si no, para qué la haces?”, suelta al aire. “En mi caso yo siento que esta película es algo de lo que estoy absolutamente convencida y que quise luchar años para sacar adelante y defenderla, es que si no no tiene sentido”, subraya.

Siempre tuvo claro que en esta película, aunque la mirada fuera de una niña y fueran sus recuerdos, no iba a pecar de nostalgia. No tenía interés en ello y lo dejó claro a sus productores. Igual que sabía que, para ello, era importante contar el contexto sociopolítico de España en aquellos primeros años de democracia. Lo hace gracias a la televisión, pero también colocando en el centro del relato a la religión y su presencia en las casas. De hecho, el filme abarca las cuatro semanas antes de que la protagonista haga la comunión.

Las tres generaciones de mujeres, abuela, madre y niña, se abrazan en 'La niña de la cabra' Las tres generaciones de mujeres, abuela, madre y niña, se abrazan en 'La niña de la cabra'

“España era mayoritariamente católica, prácticamente todos los niños hacíamos la comunión. Yo fui a un colegio público y laico y teníamos asignatura de religión y siempre había dos niños que se salían cuando empezaba la asignatura y ellos daban ética. Todos les mirábamos como los raros. La religión, de alguna manera, nos marcaba todo. El mundo de la confesión, de la culpa, de los pecados… Eso te lo impregnaban a una edad tan temprana que luego es difícil olvidarse de ello”, explica. También incide en cómo esa religión afecta a tres generaciones diferentes de mujeres. Una abuela, una madre y esa hija que se enfrenta a un rito que no entiende y del que duda. 

Ahora, con La niña de la cabra ya en salas, toca pensar en el futuro, y tiene clara una cosa. No le gustaría que volviera a pasar tanto tiempo para volver a rodar. Para ello ya se encuentra trabajando en un nuevo guion, y de nuevo lejos de los brillos de Hollywood: “Me encantaría rodarla en España, aunque la historia viene de EEUU. Me gustaría combinar mis dos mundos en esta tercera película que espero que no me lleve tanto tiempo. Llevo media vida viviendo allí, pero cuanto más mayor me hago, más echo de menos estar aquí”.

Cron Job Starts