El martes la planta aseguró que REE le había pedido "arrancar de manera urgente"; pero una semana después del apagón no lo había hecho y ultimaba su conexión tras un proceso "más largo" de lo previsto
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La central nuclear de Almaraz (Cáceres), incluida por el PP en la refriega política antes y después del histórico apagón peninsular del pasado 28 de abril, lleva sin verter electricidad a la red desde ese cero absoluto, cuyas causas investiga una comisión creada por el Gobierno.
Un portavoz de CNAT (Centrales Nucleares Almaraz-Trillo), la sociedad que gestiona las plantas de Almaraz y Trillo (Guadalajara), confirmó el lunes que desde el apagón la central cacereña no había podido engancharse a la red. “Las 2 unidades se conectarán en las próximas horas. El proceso de conexión ha sido más largo de lo inicialmente previsto”, indicó sin más detalles por correo electrónico pasadas las 12.30 de la mañana del lunes.
Según fuentes del sector, el grupo 2 de Almaraz se había acoplado finalmente a las 13:59 horas del lunes, más de una semana después del cero absoluto que se inició a las 12.33 horas del 28 de abril. Se esperaba que empezara a verter electricidad en la medianoche del lunes al martes. La central no explicó por qué no ha podido conectarse pese a que un día después del apagón, el martes 29 de abril, aseguró en un comunicado que “la Unidad II ha sido requerida por Red Eléctrica Española para arrancar de manera urgente y está prevista su conexión a la red eléctrica nacional en las próximas horas”.
Sin embargo, no lo hizo, en un contexto de precios muy bajos en el mercado mayorista, de entre 5 y 31 euros el megavatio hora (MWh) en media diaria, con muchas horas en negativo y muy por debajo de los 60 euros/MWh que necesitan las nucleares para no operar a pérdidas, según asegura el sector. Fuentes sectoriales aseguran que en la última semana el operador del sistema (REE) no ha pedido acoplar Almaraz por el mecanismo de “restricciones técnicas”. Con él, REE adquiere la generación de centrales que quedan fuera de las subastas diarias del mercado con el fin de cubrir la demanda de ciertos puntos con congestión.
Es un sistema al que REE ha recurrido en los últimos días (con el consiguiente sobrecoste para los consumidores) para reforzar la seguridad del suministro tras el apagón, cuyas causas el Gobierno dice desconocer. El Ejecutivo asegura que es precipitado atribuirlo a un exceso de energías renovables.
Los resultados de los mercados eléctricos son los que determinan la producción de las plantas. No resultan de una decisión del operador del sistema, que en función de esos resultados y los programas individuales de los generadores, comprueba que son compatibles con la seguridad de suministro y modifica el programa de generación o bombeo que sea necesario para cumplir con los criterios de seguridad: asegurar el correcto funcionamiento del sistema tras la pérdida de cualquier elemento (criterio conocido como N-1) y mantener un adecuado perfil de tensión.
Ese es el proceso de “restricciones técnicas”, que supone un coste para el conjunto de los consumidores que se repercute en su factura. Así, esta actuación del operador del sistema es la imprescindible para no alterar el resultado del mercado, que es el que determina el mix de producción.
Los estados operativos de las centrales nucleares españolas disponibles en la web del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) muestran que, con Trillo en parada por recarga desde hace semanas, desde el miércoles hasta el domingo, y una vez repuesto el servicio, solo hubo dos de los siete reactores operativos, ambos en Catalunya (Ascó I y Vandellós II). Este lunes, a las centrales catalanas se sumó la nuclear de Cofrentes (en Valencia), que empezó a verter electricidad. Esto explica que la generación con nucleares se haya reducido drásticamente en la última semana, como puede apreciarse en el siguiente gráfico:
Por su parte, los dos grupos de Almaraz volvían a encontrarse este lunes en situación de “puesta en marcha”, según la web del CSN. El día del apagón, la unidad II de la planta cacereña estaba en marcha, vertiendo a la red una potencia eléctrica de 680 MW, mientras que el grupo I se encontraba en parada fría. A partir de ahí, la desconexión. El jueves, el grupo I aparecía como “disponible”, sin verter energía, y el II en modo de “puesta en marcha”. Entre el viernes y el domingo, la planta figuraba como “disponible”: en condiciones de empezar a funcionar aunque sin estar conectada a la red, siempre de acuerdo con la información que el organismo publica en su web a partir de los datos que le remite cada planta.
CNAT explica que durante el fin de semana Almaraz “ha estado en modo disponible caliente, esto significa que el circuito primario está en proceso de calentamiento, pero el reactor no está dando potencia térmica”.
En los últimos días y tras el apagón, el PP ha recrudecido su ofensiva por las nucleares. El miércoles la formación de Alberto Núñez Feijóo anunció que no apoyará el decreto antiaranceles que se vota esta semana si el Gobierno no se replantea el cierre paulatino de los reactores que comenzará en 2027 con el primer grupo de Almaraz. El PP llevará este martes al Pleno del Congreso una proposición no de ley para reclamar al Gobierno un Plan Nacional de Seguridad de Suministro Energético que, entre otras cosas, reconsidere el cierre de las nucleares. La propuesta (no vinculante para el Gobierno) cuenta con mayoría en el Parlamento, pues además del PP la defienden, entre otros, Vox y Junts.
Antes del apagón, se especulaba con que Almaraz pidiera una miniprórroga de tres años, hasta 2030, que habría retrasado el conjunto del cierre previsto hasta 2035. Pero sus propietarias (Iberdrola, Endesa y Naturgy) no lo han pedido y esa decisión requiere unanimidad entre los socios.
Los 'populares' registraron esta iniciativa en el Congreso el pasado octubre, pero han decidido someterla a votación en la primera sesión plenaria que va a celebrar el Congreso tras el apagón, en la que Pedro Sánchez dará explicaciones en sede parlamentaria sobre este asunto, aunque se espera que las conclusiones sobre qué falló se demoren durante semanas. El presidente del Gobierno ha afirmado que los reactores fueron más “un problema” que una solución en esta crisis energética. Durante la reposición del servicio, las nucleares no tuvieron ningún papel y se recurrió a la hidroeléctrica, el gas y las interconexiones: de hecho, hubo que priorizar la alimentación de las plantas para mantener los reactores en situación segura.