La fundación CEOE, que preside la exministra Fátima Báñez, anuncia que ya están en los centros educativos este cómic y resto de material didáctico sobre "los valores que definen el espíritu empresarial"
El líder de la patronal aúpa a la exministra Fátima Báñez a la presidencia de su fundación
“Olegario, el duende empresario ya enseña a los niños y niñas cómo emprender”. Así ha anunciado la Fundación CEOE esta semana que su cómic, Olegario, el duende que se hizo empresario, está disponible en las aulas de Primaria de los colegios “de toda España”.
La Fundación CEOE, que preside la exministra de Empleo del Gobierno de Mariano Rajoy, Fátima Báñez, presentó la iniciativa en marzo, como el proyecto estrella para este 2025, en el que se celebra el 40 aniversario de la entidad. “Siempre hemos querido llegar a los niños con los valores reales de lo que es ser empresario y, con este proyecto, vamos a ir a los colegios con este mensaje”, explicó Antonio Garamendi, presidente de la CEOE.
Esta semana, la fundación ha anunciado que el cuento, creado por el humorista gráfico José María Nieto, que trabaja en el periódico ABC, “ya es una realidad en las aulas de Primaria de los colegios de toda España”. También las unidades didácticas, actividades, recursos y materiales diseñadas en colaboración con la Fundación Diálogos y con las que la patronal “busca inculcar valores empresariales en niños de 8 a 12 años”.
Viva la competencia y el lastre de la burocraciaAntonio Garamendi subrayó en la presentación del cómic que el mundo de la empresa “está acostumbrado a ser objeto de mensajes negativos, cuando somos el pulmón de la sociedad”. La fundación de la patronal busca así inculcar mensajes positivos sobre los empresarios y el emprendimiento a través de este duende. La moraleja del cuento (spoiler): “Tendrás un mundo mejor si te haces emprendedor”.
El cuento sigue los pasos del duende Olegario, que quiere vender unas lámparas de nubes. La primera de las lecciones de Olegario es que “lo bueno siempre es escaso” y, en este caso, es muy caro y solo lo pueden tener los más pudientes. La segunda lección es que “el Gobierno no está a todo”. La fundación lanza este mensaje a propósito de que el rey de los duendes no suministra estas lámparas que quiere Olegario, porque si sube los impuestos para pagarlas “la historia dirá que eres un manirrota y un hortera”, le alertan sus consejeros.
Ante el 'no' de lo público, llega la “luz de la empresarialidad”. Olegario inicia su negocio, se convierte empresario –camiseta de superhéroe mediante–, primero en solitario y luego con una socia (Nazaría) y varios trabajadores y trabajadoras, ya que otra de las lecciones del cómic es que “no hay éxito sin equipo”.
La patronal traslada la “bendita competencia” a los niños y niñas, a los que se destaca que es la manera de evitar que suban mucho los precios, “obliga a ser excelente y beneficia al cliente”. En cambio, Olegario se relaciona con “un funcionario” con cara de pocos amigos y de nuevo el mensaje de lo público es negativo, un lastre, que el cuento retrata como “llenar formularios con diez mil trámites”, en los que engloba desde licencias, inspecciones, permisos al pago de impuestos. “Suele restar eficacia lidiar con la burocracia”. No aparecen ayudas públicas, ni subvenciones, otra relación de los empresarios con lo público, favorable para sus negocios, pero que no ha quedado ilustradas en el cuento.
También se enseña que hay “relaciones delicadas”, la del empresario con el comité de empresa. Aunque Olegario se ve que es un empresario ejemplar que cuida las “primordiales relaciones laborales” y el diálogo social, y es “muy cordial con el duende sindical”.
Estudiar es importante para “ganar más dinero”El proyecto cuenta también con más material didáctico y actividades para los estudiantes de Primara, que van en dos direcciones. Por un lado, enseñan algunos conceptos sobre economía y educación financiera (qué es el dinero, el ahorro, un presupuesto, los impuestos) y, por otro, tratan de transmitir una “mentalidad” emprendedora, que “promueve la innovación, la resolución de problemas y la capacidad de adaptarse a los cambios”, según la patronal.
Entre las definiciones de conceptos en un concurso interactivo, destaca la de los impuestos que –al contrario de lo que difunden a menudo desde la propia patronal y la derecha económica– se define como el “dinero que pagamos al gobierno para que pueda ofrecer servicios como hospitales, colegios y carreteras”. Las respuestas “dinero que el gobierno nos quita” y “dinero que perdemos” son erróneas.
Las actividades transmiten a los niños que “el trabajo es una actividad que hacemos para ganar dinero” y después “podemos comprar lo que necesitamos, como comida y ropa”. Además, los empresarios trasladan a los menores que “estudiar es muy importante”, de nuevo, para “ganar dinero”: “Porque nos prepara para conseguir buenos trabajos y ganar más dinero en el futuro. Practicar y mejorar nuestras habilidades nos da más oportunidades de conseguir trabajos y ganar dinero”, explican.
La fundación empresarial destaca que “el desarrollo de habilidades emprendedoras y financieras desde una edad temprana se ha convertido en una necesidad educativa fundamental” y sitúa en concreto la etapa de 8 a 12 años como “un período crucial en el que los niños comienzan a formar su visión del mundo”. Por ello, la organización patronal se ha embarcado en este proyecto que trate de llevar estos mensajes a las aulas en estas edades de colegios públicos, concertados y privados.