Tanto el canciller Merz como el ministro de Exteriores de la recién estrenada coalición estudian los próximos pasos ante los desmanes de Netanyahu y casi 20 meses de apoyo cerrado a Israel
El canciller alemán critica los últimos ataques de Israel en Gaza: “Ya no se puede justificar con la lucha contra Hamás”
Entre estas dos frases hay un año y medio de diferencia:
“Comprenderá que un político alemán no puede decir: ‘Lo que ha hecho Hamás está muy mal, pero Israel no tiene el derecho a defenderse ni a destruir a Hamás’”.
“No estoy entre los que lo dijeron primero ... Pero me parece que ha llegado el momento en que debo decir públicamente que lo que está ocurriendo ya no es comprensible”. “Lo que ha pasado en los últimos días no parece necesario para combatir el terrorismo de Hamás y para proteger la existencia de Israel”.
Las primeras palabras que abren este texto las pronunció el político verde Robert Habeck el 1 de noviembre de 2023 en un programa de máxima audiencia de la televisión pública alemana ZDF. Habeck era entonces vicecanciller y ministro de Economía de la República Federal. La ofensiva militar israelí contra Gaza, tras los ataques de Hamás del 7 de octubre, llevaba ya semanas en marcha y comenzaba a matar a miles de civiles palestinos. La segunda frase de este texto corresponde al actual canciller federal de Alemania, el democristiano Friedrich Merz. La pronunció esta misma semana y supone un considerable cambio discursivo del Gobierno alemán frente a la estrategia del Ejecutivo de Netanyahu en la franja.
Más de 53.000 muertos y cerca de 120.000 personas heridas en Gaza separan declaraciones de Habeck y Merz. Israel afronta una causa por genocidio en la Corte Internacional de Justicia y sobre el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pende una orden de detención internacional emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por acusaciones de crímenes de guerra y de lesa humanidad. Todo ello hace que la denominada “razón de Estado” de Alemania respecto a Israel comience a llegar a su límite, al menos en cuanto a la expresión política y el apoyo público que las autoridades alemanas llevan brindando a Netanyahu desde el 7 de octubre.
El ministro de Exteriores alemán, Johann Wadephul, también se ha mostrado incómodo. “Nuestra comprometida lucha contra el antisemitismo y nuestro pleno apoyo al derecho a existir y a la seguridad del Estado de Israel no deben instrumentalizarse para el conflicto y la guerra que se libra actualmente en la Franja de Gaza”, afirmó el ministro. “Ahora nos encontramos en un punto en el que tenemos que pensar muy detenidamente qué pasos dar”, añadió.
“Cuando Merz expresa sus críticas escuchamos atentamente porque es amigo”, respondió el embajador israelí en Alemania, Ron Prosor. Cabe recordar que Merz dijo durante la pasada campaña electoral que hay formas para permitir una visita oficial del primer ministro israelí a Alemania sin la necesidad de detenerlo, tal y como pide la CPI.
“Dilema político y moral”Las críticas de Merz no son un cambio de rumbo respecto a Israel –sobre cuya existencia y legitimidad como Estado no cabe discusión en el consenso alemán –, pero sí un cambio del tono que no se recuerda en la cancillería. Merz reconoce implícitamente la violación de Israel del derecho internacional humanitario por parte del ejército israelí y también que Alemania se encuentra ante una contradicción diplomática imposible ya de ignorar. Decir constantemente que el derecho internacional es el principal criterio para tus decisiones en política internacional –como hace Berlín inequívocamente en cuestiones como la invasión rusa de Ucrania– y dar carta blanca a Netanyahu en su ofensiva sobre Gaza genera una doble estándar difícil de defender en la arena internacional y ante la propia opinión pública.
El ministro de Exteriores alemán, el democristiano Johann Wadephul, confirmaba esto último en Madrid el mismo día en que Merz criticaba abiertamente a Netanyahu en Berlín. De “gran dilema político y moral” calificó Wadephul el compromiso de Alemania con Israel en su derecho a la defensa, lo que incluye una venta de armas que, de momento, Berlín se niega a embargar, como ya piden abiertamente un número creciente de países de la UE y también voces autorizadas dentro del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), socio de la CDU dentro de la actual Gran Coalición. La situación está generando disensos, de hecho, dentro del gobierno alemán que recién se ha puesto en marcha.
¿Qué es la “razón de Estado”?La expresión “razón de Estado” respecto a Israel se remonta a un discurso de Angela Merkel ante el parlamento israelí en 2008. “Cada Gobierno alemán y cada canciller federal antes que yo estuvieron comprometidos con la seguridad de Israel. Esta responsabilidad histórica de Alemania es parte de la razón de Estado de mi país. Eso significa que la seguridad de Israel es para mí, como canciller alemana, innegociable”, dijo la entonces canciller alemana.
Desde una perspectiva puramente histórica, y teniendo en cuenta el peso del holocausto en la historia y la identidad de la Alemania tras la derrota del nazismo, la unión del destino del Estado de Israel con el de la República Federal de Alemania tiene cierto sentido: ambos Estados nacieron como consecuencia de la Shoa. Israel, como Estado que debía proteger al pueblo judío, y la República Federal, como un intento de reconstruir la sociedad alemana desde el compromiso del constante recuerdo del pasado para la no repetición.
Más allá de las voluntades expresadas por los sucesivos Gobiernos alemanes respecto a la existencia y la seguridad de Israel, ¿implica la “razón de Estado” obligaciones legales para el Estado alemán? La respuesta es clara: no hay ningún artículo en la constitución ni en la legislación de la República Federal que establezca una responsabilidad jurídica del Estado alemán respecto al Estado de Israel. La expresión “razón de Estado” tiene, por tanto, un significado político y moral, y en ningún caso está por encima del derecho internacional.
Esa es precisamente la fuente de la contradicción que el Gobierno alemán ya no puede soslayar respecto a Gaza. Ante el drama humanitario y los repetidos ataques contra población civil en la franja, la “razón de Estado” alemana comienza a forzar sus costuras. Si la “razón de Estado” respecto a Israel significa que el apoyo efectivo al actual Gobierno de Netanyahu es innegociable e incondicional, entonces es a todas luces incompatible con el respeto y el fomento del derecho internacional.
¿Medidas concretas?El cambio de tono de Berlín respecto al Gobierno israelí y la situación en Gaza no significa, sin embargo, que Alemania vaya a tomar medidas de presión concretas sobre Netanyahu y sus ministros, al menos a corto plazo. Todo dependerá de la evolución de la situación en Gaza, de si Netanyahu deja entrar más ayuda humanitaria a la franja y si acepta un alto el fuego con Hamás, y también de cómo evolucione la causa por genocidio presentada por Sudáfrica contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia.
El embargo de armas está descartado –a pesar de las voces socialdemócratas a su favor–, aunque tal vez Berlín sí podría negar la exportación de determinado armamento a Israel. También está descartado que el Gobierno alemán vaya a apoyar la suspensión del Acuerdo de Asociación entre la Unión Europea e Israel, como piden España y otros estados de la UE. El reconocimiento del Estado palestino es otra de las medidas que piden las voces políticas más críticas con Israel en Alemania, algo que hasta ahora Berlín solo aceptaría tras un proceso de acuerdo de paz que desemboque en la “solución de dos Estados”. Esta última es la fórmula diplomática que las autoridades alemanas repiten hasta el infinito y que, dada la situación en Oriente Medio, suena más vacía que nunca.
Si el Gobierno israelí ejecuta su plan de controlar toda Gaza y de expulsar a una parte o a la totalidad de los más de dos millones de personas que allí sobreviven, el “dilema moral” alemán respecto a Israel llevaría su “razón de Estado” a cruzar un límite difícilmente defendible en el concierto internacional y también frente a su propia población. Esto último no es baladí para unas futuras elecciones: una reciente encuesta de la televisión pública ZDF apunta que el 80% de la población alemana considera que los ataques del ejército israelí en Gaza son injustificables. El pasado marzo era el 69%.