Hay mitos que parecen inquebrantables. Son leyendas construidas durante años en las que no cabe ni una sombra, ni una grieta. El de Elvis es uno de ellos. Es una figura que rara vez se pone en duda. Es más que un músico, es un símbolo de un país, y los símbolos no se revisan. Si se hace hay que ofrecer una excusa, una coartada moral. Eso es lo que hacía, por ejemplo, el biopic de Baz Luhrmann, una versión excesiva â??como todo el cine de su realizadorâ?? que ofrecía pocos dobleces en el personaje.