En su libro Against Literature, donde se sientan las bases del 'testimonio' –un género literario otro que cuenta entre sus títulos más significativos Cimarrón, del cubano Miguel Barnet (1966), o Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia (1983)–, John Beverly hace referencia a un tipo de narración que denomina "costumbrismo del subalterno". Se trata de un discurso que se produce en el interior de la institución literaria, que pretende dar voz a aquellos "que no tienen voz" y contar sus vidas precarias; pero a diferencia del 'testimonio', donde la voz narrativa surge desde abajo y desde el conflicto, de la lucha contra el colonialismo y la explotación, el costumbrismo del subalterno reproduce un modelo vertical de representación que termina usurpando el lugar de enunciación del sujeto representado.
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