El cine de Ben Affleck, desde el cascarón del género, siempre ha mostrado un aspecto personal del director, esa tensión por no querer perpetuar el sueño americano mientras se siente un producto perfecto del mismo. Affleck, hijo de una maestra de educación pública y de un padre alcohólico que estuvo vagando por las calles dos años, es el clásico ejemplo que se pone para mostrar las bondades de un país en el que el 99,99% de los que son como él terminan expulsados del sistema. Desde el thriller con The Town, y con la ayuda de Dennis Lehane en Adiós, pequeña, adiós y Vivir de noche, Affleck ha tratado de mostrar la cara oculta de EEUU.
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